Volver A Casa En Cuarentena, La Mentira Que Supera Cualquier Proceso

Como saben, no suelo utilizar este espacio para plantear situaciones de mi vida personal pero, como ya he hecho público, el fin de semana pasado (ya hace 7 días!) me he mudado de provincia. Luego de veinte hermosos años en la Ciudad de Buenos Aires, "he regresado a casa" en la provincia de Entre Ríos, a un pequeña Ciudad Universitaria autosustentable de cuatro mil habitantes, a 10 Km de su ciudad capital, Paraná.

Estos datos, carentes de importancia en sí mismos, son relevantes en la historia que les voy a relatar, durante la pandemia y la cuarentena más ridícula larga de la historia. En "El proceso" de Franz Kafka, un día, el señor "K" es arrestado sorpresivamente y comienza un periplo procesal burocrático sin fin; literalmente sin fin, porque Kafka nunca finalizó esta novela, que dió origen a innurables metáforas y al lugar común del famoso "relato Kafkiano".

Según las disposiciones argentinas actuales, la mudanza requiere de una Declaración Jurada denominado de forma Kafkiana "regreso a casa" (https://regresoacasa.argentina.gob.ar/), un regreso que, en mi caso requería salir de una provincia y entrar en otra a través de un puente. La otra alternativa requería pasar por otra provincia y por otras ciudades que han sido tildadas de "peligrosas" por la pandemia. El siguiente relato es una nimiedad en comparación con otras situaciones trágicas recientes, pero espero sirva para entender que, cuando se cohartan libertades, la gente sufre o muere... Los "papeles" y los "permisos" no son más importantes que el "ser" humano.

Mi "proceso" comenzó un mes antes de la mudanza con conversaciones raras (no quiero usar la palabra "bizarro") sobre los trámites necesarios en la ciudad de origen, en la provincia y en la ciudad de destino (sí, dos o tres permisos distintos).

El permiso de salida era necesario para efectuar la mudanza y realizar el tránsito de 600 km que separan las dos ciudades. La empresa de mudanzas tenía resuelto el problema con un permiso de "tránsito esencial" que tramitan para sí mismos. De acuerdo a quién se consulte, las mudanzas solo pueden realizarse jueves a domingo o sábado y domingo. Los permisos de entrada a la provincia y a la ciudad eran necesarios para demostrar mi residencia definitiva y que efectuaría los 15 días de cuarentena obligatoría en mi nuevo hogar (desde donde escribo).

El gobierno nacional exige el "regreso a casa" pero, luego de una consulta a través del servicio telefónico (147), informan que el permiso debe ser un "imprevisto por mudanza", cuya duración es de 24 hs.
El gobierno provincial y mi ciudad destino también exigen el "regreso a casa"... pero otro, en apariencia distintos. Este permiso lo emite la Nación, el mismo gobierno que informa del imprevisto, pero se tramita en la provincia y dura 96 hs (4 días). Al solicitar información por teléfono sobre este permiso, la provincia nos informan que el "regreso a casa" no es necesario, que con el "imprevisto" es suficiente (sí, ese otro de 24 hs).

A estas alturas el señor "K" se habría sentido desolado, pero los argentinos somos perserverantes.
Nuestro día de mudanza sería el día domingo. Es decir, debíamos solicitar el "regreso a casa" el día jueves (4 días) y/o el "imprevisto" el día sábado (1 día).

Entonces, ante la disyuntiva del nacional o provincial, solicitamos el permiso provincial (el de 96 hs) el día jueves a la mañana. En la solicitud se debe adjuntar frente y dorso del DNI y alguna imagen de un servicio con dirección postal del solicitante. Todas estas imágenes contienen datos personales. El sitio web ambién informa que, luego de 6 horas sin respuesta, el trámite se debe volver a iniciar.

La solicitud no fue respondida hasta ese jueves a la noche (12 hs después), a través de un correo electrónico de GMAIL y la respuesta fue sencilla: los trámites solicitados el día viernes (sí, viernes), se transfieren al día lunes.

El viernes temprano solicitamos nuevamente los mismos permisos, con nuevas imagenes adjuntas. La respuesta llega al medio día: el permiso es denegado por falta de documentación; al parecer olvidé la muestra de ADN, orina, u alguna otra cosa, que no informan.

De nuevo, el correo es de GMAIL, pero esta vez es con copia abierta a TODOS los demás solicitantes. El correo es respondido por una persona desde la provincia, pero con referencia a que el permiso es otorgado por el gobierno Nacional y por eso el trámite demora. El señor "K" luchaba solo contra el sistema; al menos yo me sentía acompañado por otros infortunados. Aquello de "mal de muchos..." parece funcionar.

Ese mismo viernes agrego otra pieza al laberinto: la aplicación nacional "cuidAR", donde simplemente se debe colocar una temperatura menor a 38 grados para solicitar el permiso... por 24 hs. Pruebo el viernes y el sábado y, como no tengo fiebre, el permiso para "servicio esencial" es brindado sin inconvenientes. El señor "K" habría sido feliz. En otra situación, que no viene al caso, me han medido la temperatura y, con 34 grados centígrados (el termómetro evidentemente no funcionaba), me informaron que "me encontraba bien de salud porque marcaba menos de 37°" (no, no es broma).

Si bien ya tenía un permiso "esencial", quería cumplir la ley y viajar tranquilo, por lo que el conductor de nuestro automovil insiste en que tramitemos un "imprevisto por mudanza", esos de 24 hs. El viernes ya teníamos también uno de esos. El permiso debe estar impreso (sí, en una hoja) para que sea válido y pueda ser verificado adecuadamente por las autoridades.

Con dos permisos, el de "cuidAR" en el teléfono y el de "imprevisto" impreso, el domingo al medio día comenzamos el viaje. En el puente límite de las dos provincia, nos detienen. Solicitan la documentación pertinente a nuestro chofer y la nuestra. Después de su propia verificación, el conductor entrega nuestra documentación impresa el días viernes y, por lo tanto, vencida hacía 24 hs. Sin notar nada extraño, el agente de salud en una escafandra, nos solicita nombre y apellido (no el DNI) y gentilmente los anota con lápiz en un cuaderno. Parece que el lápiz no tenía lector de código QR, aquel que prolijamente descansa impreso en la hoja.

Cuatro controles similares después llegamos a casa. Nunca nos solicitaron ver la aplicación "cuidAR", nunca nos solicitaron la hoja impresa, nunca leyeron el QR, nunca nos solicitaron el documento, nunca nos solicitaron permiso alguno, nunca han verificado dónde residimos. La pandemia ha sido la excusa perfecta para aparentar hacer las cosas bien. Nunca la vida ha sido tan ignorada en favor de la política y la burocracia infinita.

El día lunes, 20 horas después de haber llegado a nuestro destino, recibo (yo y todos los demás copiados) un correo electrónico con un enlace para descargar la autorización para mudanza, aquella válida por 96 hs, entregada el día lunes para viajar un domingo.

Quizás por eso Kafka nunca terminó su novela, porque la lucha eterna contra la máquina de impedir son uróboros, un esfuerzo eterno, fútil e inútil por llegar a ningún lado. "Ninguna otra persona podía haber recibido permiso para entrar por esta puerta."

Cristian Borghello


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