Desde el Reino de Arch a las Tierras Altas de Gentoo, atravesando el continente de Debian o surcando los mares de GNOME, la noticia corre como la pólvora: el equipo de la distro Antergos, anuncia que su proyecto pasa a ese temido estado llamado «descontinuado».

No se habla de otra cosa en los ambientes linuxeros. Prueba de que es una distro que no ha dejado indiferente a casi nadie. Un «Arch Linux con cosas«, con su pequeño repositorio propio (pero siempre bebiendo de lo upstream, tanto en repos principales como política de actualizaciones), un artwork particular, y un instalador llamado Cnchi, con cierta fama de inestable, pero que nos permitía tener el sistema a punto en muy poco tiempo.

Como decía el bueno de Chuang Tzu:

Soñabas que eras un usuario de Arch Linux. Al despertar tras la instalación ya no recordabas si eras un novato que usaba Arch Linux, o un archer que usaba una distro para novatos.

Han pasado 6 años y casi un millón de descargas, desde que la distro –originalmente conocida como Cinnarch— adoptara un nombre galego y abandonara el escritorio sabor canela por GNOME (aunque cualquier de los grandes siempre estuvo a nuestro alcance).

El fin del proyecto se debe como en tantos casos, a la poca disponibilidad de tiempo libre por parte de sus desarrolladores, lo que impide mantener las cotas de calidad habituales.

Como recalcan en su despedida no hay nada de que preocuparse. Los usuarios actuales recibirán una última actualización que eliminará aquellos paquetes específicos de Antergos no necesarios, al tiempo que desactiva el repositorio. Otros paquetes simplemente migraran al repositorio comunitario AUR. Es algo que ya algunos hicimos en su momento –de forma manual– para tener un Arch más puro y no debería causar mayores problemas.

Tanto el foro como la wiki estarán disponibles durante un tiempo, facilitando esta transición. Así que solo queda darle las gracias a los desarrolladores por el tiempo invertido. Una distro amigable hasta el final.