Mi hacker

Te observo. Pintas. Estás concentrada. En silencio. Lo haces con muchos colores. Has cogido mis rotuladores. No sé si es un dibujo de píxeles en cuadrícula. O tal vez es de puntillismo. O una carta de amor de esas que me escribes. Con tu mano siniestra. No se te oye. Te encanta dibujar. Tus cuadros decoran mi vida cada vez que cruzo el pasillo. Estás ahí. Cerca de mí. Tus oleos. Tus acuarelas. Tus dibujos con rotulador. Todos son tú. De vez en cuando me miras. Necesitas saber que estoy cerca. Vuelves a concentrarte.

Figura 1: Mi hacker

Desde pequeña me buscas nada más abrir el ojo por la mañana. Quieres que esté cerca. Si duermes conmigo me tocas con el pie periódicamente. Cada hora. Para saber que estoy ahí. Para que no me escape. Para que no me vaya volando con el Dragón Matías. Me necesitas alrededor. Necesitas tenerme cerca. Desde que eras un bebé. Jugar conmigo. Dibujar monstruos conmigo. Colorearlos conmigo. El resto de los niños y niñas no eran tan importantes. Tu papaíto era más grande. Te bastaba con él. Era normal. No había niños en la familia cuando tú llegaste. Fuiste la primera.

A post shared by Chema Alonso (@chemaalonso) on

Te observo. Lees. Tienes tu marcapáginas al lado. Estás con tus gafitas concentrada. En silencio. Lees a Harry Potter. Ya eres mayor. Ya no quieres los cuentos de dragones que te regalaba. Estás tranquila. De vez en cuando me miras. Para saber que sigo ahí. Cerca de ti. Sentado en el sofá con mi ordenador. Estás emocionada. Te he prometido la segunda parte cuando te acabes la primera. Como cuando te regalé todos los libros de Los Descendientes. Te gustan las historias de magia y fantasía.


Desde pequeña querías que te contara cuentos. Querías saber más de las aventuras del Dragón Matías. Te gustaba hablar con él. Te gustaban los cuentos que rimaban. En los que había música en las frases. Las leíamos juntos. Escuchábamos la poesía de las rimas antes de acostarte. Luego, te quitabas las gafas y te hacías una bola. “Quédate conmigo un ratito, papá”. Y no me dejabas ir. Me agarrabas la mano. Me acariciabas la mano con un dedo. Me compartías con Pepito y tu Estrelliti.


Te observo. Sales de clase. Siempre eres la última. Cargada con tu mochila. Con todos los libros. Con todos los cuadernos. Con más de lo que necesitas. Siempre quieres tener todo por si lo piden. No te gusta llamar la atención por nada. No te peleas por estar un puesto más adelante en la fila. No quieres que te regañen por no haber hecho una tarea. Bajas las escaleras. En silencio. Me buscas entre la multitud de padres mientras bajas. Te levanto la mano feliz. No te llamo por tu nombre. Te da vergüenza cuando lo hago. Sonríes ampliamente. Te abrazas a mí. Intensamente.

A post shared by Chema Alonso (@chemaalonso) on

Desde pequeña tus abrazos son largos. Son intensos. Te emocionas con ellos. Siempre te pedía lo mismo. Cinco besos, tres “¡Ays!” con abrazos y un beso de gnomo. Cuando me iba de casa podías estar abrazada a mí eones. No querías senpararte de mí. Querías fundir nuestras esencias. Me besas. Acabas de darme un beso ahora mismo mientras te escribo este texto. Estabas pintando y te lo he pedido. “Son gratis papá, te doy todos los que quieras”. Eres todo amor. Eres consciente de que los momentos pasan y quieres retenerlos.

A post shared by Chema Alonso (@chemaalonso) on

Te observo. Estás con tu placa de Arduino. Concentrada. En el curso de Girls & Tech de verano en Telefónica. Haciendo no sé qué con un helicóptero. Al principio no querías apuntarte. Querías estar en la piscina jugando al Virus. O al UNO con tus amigas. Querías estar con papá pero yo te forcé a ir al curso. Estas con otras niñas. También te apunté yo a los cursos de robótica a los que vas desde que tienes cinco años. Al principio no querías ir tampoco. Eres princesa. Quieres bailar. Quieres pintar. Quieres patinar. Montar en mi skate. Pero ahora te gusta la tecnología. Instalas las apps a toda la familia. Usas tu iPod Touch y tu Surface con naturalidad. Quieres un iPhone. Aún eres muy niña.

A post shared by Chema Alonso (@chemaalonso) on

Hiciste tu primer hack cuando eras muy pequeña. Te lo he contado muchas veces. Te encanta oírlo. Tenías minutos. ¡Qué digo minutos! Tenías segundos. Llorabas. Llorabas mucho. Tu papá te tenía en las manos. Eras diminuta. Llorabas. Te miraba extrañado. No estaba preparado para eso aún. Y me hackeaste. Me hiciste jailbreak. Me cambiaste la features. En unos segundos me parcheaste el kernel. Hiciste una elevación de privilegios y me owneaste el core. Para siempre. Te guste o no la tecnología. Eres mi hacker.

Saludos Malignos!

Via: www.elladodelmal.com
Mi hacker Mi hacker Reviewed by Zion3R on 5:21 Rating: 5