Desafíos de la biometría basada en software

El uso de la biometría basada en software, como la ofrecida por reconocimiento facial o de voz, que impulsará el crecimiento de los pagos móviles con smartphones de todos los rangos de precios. El debate queda servido en torno a los lectores de huellas dactilares.
Cada vez más y más teléfonos móviles incorporan sistemas de identificación biométrica, principalmente lectores de huellas dactilares. No en vano, se estima que la biometría móvil crecerá un 2.500% en apenas un lustro, mientras que los pagos móviles biométricos se multiplicaron por tres en 2017 Un enorme desarrollo que hasta ahora ha confiado en el hardware como elemento de seguridad, pero esta responsabilidad irá depositándose con mayor asiduidad en la capa de software conforme pase el tiempo.

Así lo asegura la firma de análisis Juniper Research, en un informe que abre boca anunciando 429 millones de usuarios de seguridad biométrica en 2018, con la previsión de superar los 1.500 millones en 2023. Un despegue en el que, como decimos, asistiremos al comienzo de una era donde la autenticación de pagos móviles utiliza múltiples datos biométricos basados ​​en los patrones de uso de dispositivos de las personas. Otro informe Mobile Payment Security: Biometric Authentication & Tokenisation 2018-2023, elaborado por Juniper Research, pone de relevo el notable incremento de pagos móviles biométricos, que frente a los 600 millones de 2016 rozarán los 2.000 millones.

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La magia radica en el uso de la biometría basada en software, como la ofrecida por reconocimiento facial o de voz, que impulsará el crecimiento de los pagos móviles con smartphones de todos los rangos de precios. La naturaleza agnóstica del hardware en estas nuevas lides (menor coste, menor complejidad, mayor capacidad de actualización en caso de vulnerabilidad) será clave para impulsar la adopción de esta tendencia, aumentando las transacciones autenticadas biométricamente en un promedio del 76% anual a nivel mundial.

El debate queda servido en torno al reconocimiento de huellas dactilares. Juniper estima que la biometría de huellas dactilares es cada vez más frecuente, con 4.500 millones de teléfonos inteligentes que contarán con esta capacidad en 2023, esto es, en apenas un lustro. Sin embargo, conforme el iPhone X y otros smartphones ofrezcan identificación facial y ocular fiable, la misma casa de análisis cree que los sensores de huellas digitales reducirán su protagonismo.

El gran catalizador para el crecimiento inicial de los pagos con autenticación biométrica ha sido Apple Pay, aunque también lo han fomentado otras alternativas de la competencia como Android Pay o Samsung Pay. Otro de los factores de impulso ha sido el aumento de sensores de huellas dactilares disponibles en el mercado.
De este modo, veremos cómo pasaremos del 95% de seguridad basada en huellas digitales en 2018 (siempre dentro del segmento de la seguridad biométrica, ya que el liderazgo absoluto sigue radicando en procesos basados en contraseñas de toda la vida), a menos del 90% para 2023. "Gracias al aumento de la biometría basada en software, el uso del sensor de huellas dactilares será mucho más contextual que por defecto", reza el informe de Juniper.

Eso sí, que nadie piense que este cambio de paradigma será sencillo. "La batalla clave ahora será convencer a los usuarios, particularmente a los de Europa y América del Norte, de que estos métodos son tan seguros como la seguridad tradicional basada en hardware", concluyen los analistas.

Tipos de biometría

Aunque normalmente hablamos de la huella dactilar como la fórmula biométrica más inmediata, lo cierto es que hay un sinfín de elementos de nuestro cuerpo humano que nos pueden ayudar a identificarnos tanto en el mundo físico como el digital. Nuestro rostro o el iris pueden ser igual de eficaces que el documento nacional de identidad a la hora de verificar nuestra identidad personal con toda exactitud.

La voz es otra de las fórmulas más exactas a la hora de desarrollar la seguridad del futuro. En concreto, nuestra huella de voz (exclusiva de cada persona) no sólo es un proceso mucho más seguro que las comprobaciones del PIN (vulnerables a ataques de fuerza bruta) o de preguntas de seguridad (vulnerables a técnicas de ingeniería social), sino que permite capturar la huella de voz de los defraudadores que contactan con los sistemas.

E incluso existen soluciones capaces de analizar los patrones de movimiento, únicos para cada persona, en una solución biométrica, permitiendo al usuario emplear el wearable como un sistema de autenticación para sus dispositivos y desbloquearlos sin necesidad de introducir alguna contraseña. Por no hablar de las propuestas que quieren emplear nuestras orejas para reconocernos, mediante una comprobación de la geometría de la oreja y la presión sobre la pantalla de la mejilla del usuario cada vez que éste se disponga a utilizar su teléfono. Firmas como Mastercard también llevan tiempo trabajando en la identificación mediante el ritmo cardíaco de cada persona, el cual consideran "más preciso que una huella dactilar".

En un futuro, la identificación biométrica perfecta será aquella basada en el ADN, la muestra más única e imposible de replicar del mundo. Sin embargo, el alto coste de esta tecnología para procesos cotidianos, así como la necesidad de hacer pruebas invasivas, siguen siendo lastres demasiado pesados para el despegue de este modelo.

Los riesgos

El recelo y la gestión del cambio cultual entre la sociedad es la clave de los riesgos asociados a la identificación biomética. No en vano, seis de cada diez españoles siguen prefiriendo las contraseñas a los nuevos métodos de autenticación biométrica, como las huellas dactilares o el reconocimiento facial.

Entre sus miedos, los ciudadanos siguen preocupados por el uso que empresas hagan de datos tan personales como estos, así como la potencial imposibilidad de acceder a sus servicios y archivos en caso de sufrir algún problema o malformación física. Por no hablar de los errores que, hoy por hoy, siguen presentando algunas de las soluciones biométricas de más bajo rango, capaces de ser engañadas incluso con fotografías de caras o fotocopias de una huella.

Eso sí: hay razones para el optimismo. De acuerdo a otro estudio, el 73% de los europeos y el 71% de los españoles consideran que la autenticación de dos factores, es decir, combinando la biometría junto a un dispositivo de pago, es una forma segura de confirmar la identidad del titular de la cuenta.

Del análisis corporal a una solución biométrica

Algunos dispositivos detectan los hábitos de caminar de la persona, como puede ser consultar el móvil o andar con las manos en los bolsillos. En base a las mediciones, la pulsera transmite señales hápticas en tiempo real cuando detecta que la postura del cuerpo es incorrecta. La información se gestiona a través de una aplicación adaptada tanto a los dispositivos Android como iOS.

Es decir que pueden convertir los patrones de movimiento, únicos para cada persona, en una solución biométrica, permitiendo al usuario emplear el wearable como un sistema de autenticación para sus dispositivos y desbloquearlos sin necesidad de introducir alguna contraseña. Por otro lado, a nivel de diseño se podrá elegir entre una gran variedad de correas intercambiables para ir variando de estilo.

Fuente: TicBeat

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