No encontraréis en este blog demasiados artículos en plan “lo mejor de”. En especial si hablamos de distribuciones GNU/Linux. Quizás porque esas listas, aunque tentadoras y divertidas, están abiertas a demasiadas variables imposibles de medir, para -en mi opinión– considerarlas rigurosas, ya no digamos científicas.

Incluso aunque seas de los que pruebas distros y programas antes de hablar de ellos (y os sorprenderá saber que hay gente que no lo hace), es imposible abarcarlo todo y con la constancia necesaria para hacer una comparativa justa.

Aún así, este año he decidido no ponerme tan exquisito, me he dejado llevar y le he aplicado el test de Voight-Kampff (así como su versión actualizada Baseline) a diversas distribuciones GNU/Linux.

No son necesariamente las mejores, pero si las que han conseguido provocarme sensaciones e imágenes más memorables, sin necesidad de ponerme a repasar lo ya escrito.

Son media docena, porque en algún número hay que poner el límite, pero podrían figurar muchas más:

Arch Linux

Un síntoma de la buena salud de Arch, es la consolidación de sus principales derivadas Manjaro y Antergos, y el surgimiento de otras nuevas que insisten en hacerla todavía más amigable, en asuntos como la instalación.

La distro rolling release más popular siendo siendo la mejor a la hora de ofrecernos la última versión estable de cualquier software, la wiki más sabia y el acceso a cualquier programa imaginable gracias a AUR.

Si le añadimos su fantástica capacidad de personalización, imposible no incluirla en esta lista.

Debian Stretch

Hubo un tiempo en el que a las distros de ciclo regular se les llamaba “estables” en contraposición a los rolling releases. Y aquí, amigos, I’d just like to interject for a moment, para deciros que esos son conceptos “viejunos”.

Los modelos del desarrollo de integración de software han mejorado mucho en los últimos años en las diversas distros y ejecutar la última versión estable de un software, suele traer más beneficios –en forma de resolución de bugs– que perjuicios. A ello también contribuye que vivimos en una época de madurez en los principales entornos de escritorio

Aún así, siempre habrá la necesidad de distribuciones “estáticas”, que salgan sin apenas errores y donde todo cambie lo menos posible, para que cualquier configuración en producción no se vea afectada, especialmente si hablamos de servidores. Debian –junto con CentOS y Slackware– es una bestia en eso.

El lanzamiento de Debian Stretch este año, además ha conseguido que Ubuntu 16.04 LTS (que sería su competencia directa en el escritorio, al igualar sus 5 años de soporte) y sus derivadas parezcan anticuadas a su lado.

Su soporte de múltiples arquitecturas ahora que los 32-bits son una especie en peligro, también se valora positivamente.

Tan solo un “pero”, algunas imágenes de instalación al principio salieron defectuosas, pero por lo menos no se cargaron ninguna BIOS.

Fedora 27

Decía Oscar Wilde que “solo hay una cosa peor que hablen mal de uno, y es que no hablen en absoluto”. Ese tipo no conocía a Fedora y las quejas que ha habido en lanzamientos pasados a la hora de actualizar o reinstalar.

Eso parece casi olvidado y Fedora 27 se ha mostrado como una excelente opción para disfrutar de escritorios a la última, con algunas novedades en la gestión de software y todo tipo de programas para desarrolladores.

openSUSE Leap 42.3

A pesar de haber sido usuario de la distro del camaleón durante muchos años, dudé en incluirla en esta selección. La ausencia de una imagen live me parece un contratiempo importante en su caso (los líos con su numeración de versiones tampoco ayudan a su promoción).

Al final pesó más el trabajo realizado en la integración del código de SUSE Linux Enterprise, y la habitual fiabilidad de la distribución.

Deepin 15.5

Nuestra distro china favorita, conoció una nueva versión este año, en la que demostró que otros escritorios todavía son posibles.

Basada en Debian, innovadora y elegante, la distribución no está exenta de aplicaciones propias, que van desde el instalador, hasta la gestión de archivos, lo multimedia, la terminal o el soporte de impresión en la nube. Una distro que impacta visualmente.

Solus 3

Si buscas un proyecto –relativamente– pequeño al que engancharte, la distro de Ikey Doherty es una excelente opción. From scratch, sistema de paquetes propio y un bonito escritorio llamado Budgie, que hace un arte del asunto de las notificaciones y el control de los elementos del entorno.

Solus también está muy involucrada en proyectos comunitarios como el sistema de paquetes Snap. Una distro en continua evolución, sin temor a realizar los cambios que sean necesarios, con fácil acceso a sus líderes y prestigio creciente.

Conclusión

Si vuestra distro no está entre las elegidas no os sintáis decepcionados, es tan solo la opinión de un linuxero cualquiera y además no está escrita en fuego. Podría cambiar en cuestión de días, ya que además de estas hay muchas otras distros que me encantan. Como habréis notado he elegido sistemas de tipo genérico, porque si abrimos el abanico a distribuciones temáticas, la cosas se complica todavía más.

Además es posible que lo que use (Antergos, Debian y Xubuntu 16.04 LTS) acabe afectando a mi imparcialidad. Así que mejor me dejáis vuestras impresiones en los comentarios.

Y como este fin de semana posiblemente me lo tome de relax a la hora de escribir, ya aprovecho para desearos a todos un:

Muy Feliz Año 2018 !!