Dos estudios que anticiparon la llegada de GNOME 3
Ayer se cumplieron 20 años del nacimiento de GNOME. Era el cumpleaños de uno de los grandes proyectos del software libre. Un día feliz para todos, independientemente del escritorio que utilicemos en un momento dado.
La celebración anticipada tuvo lugar en la GUADEC 2017, y por allí se pasó Federico Mena uno de los fundadores del proyecto (junto a Miguel de Icaza) para cortar el pastel.
De la historia de GNOME y todos sus cambios, desde que surgió como alternativa libre a KDE –en aquel momento atado por las licencias Qt– hasta el momento actual que cuenta con más de 6000 contribuidores y 8 millones de líneas de código, hablamos recientemente.
Hoy me apetecía comentaros un par de trabajos que al parecer tuvieron bastante incidencia en el devenir del mismo, uno es un estudio realizado en 2001 por Sun Microsystems (“GNOME Usability Study Report”) que analizaba al experiencia de usuario y el otro es un ensayo de Robert Havoc Pennington (conocido también por su trabajo en Red Hat y Debian, además de haber fundado Freedesktop.org) titulado “Free software UI”
En particular son importantes a la hora de comprender esas limitaciones –tan controvertidas– en cuanto a la personalización del sistema que ha traído GNOME 3. Así lo reconocen desarrolladores de GNOME como Allan Day, que en un reciente artículo que analizaba la filosofía y principios del escritorio.
En el estudio realizado por Sun Microsystems, para analizar la experiencia de usuario, reclutaron varios participantes con experiencia a la hora de trabajar con ordenadores (pero excluyendo profesionales de las ciencias de la computación) para ver como reaccionaban ante GNOME 1.2.2.
Tras el correspondiente feedback, que algunos calificaron como demoledor (es significativa la parte donde se les pide que añadan un reloj al panel, GNOME 1.x ofrecía hasta 5 opciones diferentes de hacerlo, pero ninguna era fácil de localizar) , el equipo de Sun Microsystems estableció unos principios de usabilidad, basados en las consistencia de las aplicaciones (entendido como un modo de estándar en su comportamiento, por ej. de diálogos o casillas), con una apuesta por la accesibilidad, el lenguaje sencillo y la priorización del contenido.
La recomendación era por tanto eliminar cualquier información irrelevante en favor de un diseño minimalista. En ese diseño todas las opciones deberían estar a la vista del usuario, que no deberían de tener que recordar continuamente como manipular el sistema para realizar una determinada tarea. Esto es especialmente importante si el usuario es novel, pero también beneficia al más experto.
Havoc Pennington iría un poco más allá en este punto y lo que se intuía en el estudio anterior de que un exceso de opciones podía ser malo, el lo fundamentaba con más argumentos en su ensayo “Free software UI“. Ese documento analizaba la manera más correcta de construir interfaces.
En su apartado más memorable trababa el asunto de las preferencias y el precio que a veces hay que pagar por ellas. Un resumen:
- Demasiadas preferencias significa que a veces no puedes encontrar ninguna de ellas.
- Añaden complejidad, dañan la calidad del software y el proceso de testing. Unas cuantas características adicionales que no justifican el exceso de bugs.
- Relacionado con lo anterior, a veces se utilizan las preferencias para enmascarar bugs preexistentes.
- Excesivas opciones también hacen más difícil la integración de los diferentes elementos y programas, dificultando el diseño de una buena interfaz.
- Las preferencias pueden confundir a los usuarios y en cualquier caso el número de píxeles es finito y no se pueden poner todas.
- El trabajo por tanto del programador sería definir el conjunto de preferencias imprescindibles que deben existir. Trazar esa línea no es sencillo y resistir la presión de los usuarios tampoco.
Muchas de estas ideas se empezaron a poner en práctica en GNOME 2 con sus Human Interface Guidelines, pero quien haya estado en el escritorio durante los últimos años, habrá que visto que es con la llegada de GNOME Shell, cuando el nuevo paradigma minimalista alcanzaba su plenitud.
Se eliminaban multitud de opciones disponibles en el GNOME clásico, para a continuación en sus últimas versiones empezar a rellenar los espacios vacíos con tecnologías de vanguardia (wayland, flatpak, más aplicaciones y extensiones…) y nuevas funciones.
Obviamente no a gusto de todos, pero los estudios mencionados quizás nos ayuden a comprender mejor la filosofía del GNOME actual.
En cualquier caso, siempre agradecido al trabajo que realizan los desarrolladores del software libre en cualquiera de sus proyectos, solo queda añadir:
Happy Birthday GNOME!
Imagenes | Christian Hergert, Nuritzi Sanchez y Behdad Esfahbod (CC-BY-SA 4.0)
Via: lamiradadelreplicante.com
