Descubren Que Casi Nadie Puede Diferenciar Entre 4K Y 8K

El precio de las Smart TV 4K ha caído en picado en los últimos años. Hoy en día pueden encontrarse multitud de modelos por apenas 300 euros. La mejora en resolución es muy grande con respecto a Full HD. Sin embargo, el 8K está empezando a llegar también a nuestros hogares, pero un nuevo estudio ha demostrado que muy pocos pueden ver la diferencia entre 4K y 8K.

Primero hay que entender la importancia de la distancia. Para que un televisor 4K de 55 pulgadas merezca la pena frente a uno Full HD es necesario sentarse a una distancia de al menos 2 metros. Y un televisor 8K de 55 pulgadas requiere que haya que estar sentados a menos 1 metro del televisor para que merezca la pena frente a uno 4K.

4k vs 8k

Actualmente, si nos ponemos cerca de un televisor 4K, ya es difícil ver los píxeles. En un 8K es casi tan difícil como encontrarlos en la pantalla de nuestro móvil. Por ello, Warner Bros ha querido analizar si realmente hay diferencia realizando un experimento a doble ciego para ver si los usuarios pueden discernir entre ambos tipos de pantalla. Por recordar, 4K UHD es 3840 x 2160 de resolución (unos 8,3 millones de píxeles), mientras que 8K es 7680 x 4320 de resolución (unos 33,2 millones de píxeles). Así, 8K es 4 veces más resolución que 4K, y 16 veces más que Full HD.

Metodología: 7 vídeos de 10 segundos

Para el experimento, mostraron siete vídeos de 10 segundos en 8K nativo pertenecientes a películas y contenido como Dunquerque, Brave, Bichos, Tick y Nature. Todos estaban en HDR nativo y codificados en HDR10. Esos clips fueron luego comprimidos en 4K, y reescalados a 8K. Gracias a ello, podían mostrar ambos vídeos en el mismo televisor 8K, además de que no se viera la resolución en los ajustes del televisor al cambiar de entrada.

El televisor usado fue un LG 88Z9 OLED de 88 pulgadas y resolución 4K, y reproducidos en un ordenador con Windows, procesador Intel i9 de 18 núcleos, SSD, NVIDIA GTX 1080 Ti, y una interfaz de vídeo BlackMagic 8K Pro que sacaba cuatro salidas HDMI 2.0 y lo convertían a HDMI 2.1.

En total, participaron 139 individuos en el experimento, que fue llevado a cabo durante tres días. Cada sesión de 30 minutos incluía a cinco participantes, colocando a dos de ellos en la fila delantera a 1,5 metros, y tres en la trasera a 2,75 metros. La distancia media de visualización en los hogares, según la ITU es de 2,15 metros.

Los vídeos fueron mostrados de manera aleatoria en dos secuencias A y B de manera alterna (ABAB) mezclando contenido 4K y 8K, y en una tercera secuencia se mostraban también A y B, aunque en ese caso todos eran 4K como grupo de control. En cada sesión se mostraban 21 clips.

A cada sujeto le realizaron pruebas visuales, donde la mayoría tenían una buena agudeza visual. Un 61% tenía 20/20, y un 39% tenía algo peor, aunque la mayoría eran 20/25 o 20/30, donde significa que una persona a 20 pies de distancia ve lo mismo que una persona a 20, 25 o 30 pies.

Resultados

Tras las pruebas, la media es que los vídeos en 8K tenían una puntuación “ligera y marginalmente superior” a los 4K, con una ligera desviación hacia ligeramente mejor (0,25 de 3). Los que tenían mejor vista notaron una mejora algo superior.

Con respecto a los que se sentaron en primera fila, más cerca de lo que un hogar medio tiene su televisor, sí se encontró estableció que había una “ligera mejora” de calidad.

A su vez, también es curioso ver cuántos respondieron que el 4K era mejor, igual o peor que 8K. Así, en todos los casos más de la mitad de los usuarios dijeron que era peor o igual, donde sólo entre un 25 y un 45% de los encuestados, dependiendo del clip mostrado, afirmaba que la versión 8K era mejor.

Conclusiones: la diferencia entre 4K y 8K es marginal

Por tanto, las conclusiones del estudio son claras: aunque haya quien note la diferencia, apenas hay mejoras a nivel visual de pasar de 4K a 8K bajo condiciones normales de visualización. Además, la diferencia de calidad depende del contenido y condiciones de visualización. El documental de naturaleza era donde más diferencia había probablemente debido a que hay más detalle de alta frecuencia.

Así, la mejora de pasar de 4K a 8K es marginal, y aunque si pones mucho esfuerzo puedes llegar a notar algo de diferencia, la realidad es que sólo la gente con la mayor agudeza visual, o la que se sienta muy cerca, es capaz de encontrar diferencia. O dicho de otra forma: el 4K ofrece la calidad suficiente para la mayoría de consumidores, a diferencia de lo que ocurría con Full HD donde sí había una mejora clara de calidad.

A pesar de ello, los fabricantes de televisores seguirán fabricando modelos 8K, y además está confirmado que irán poco a poco llegando a modelos de gama media tal y como ha ido ocurriendo con los modelos 4K en los últimos años. Por desgracia, todavía falta mucho para que empiece a haber contenido en 8K, ya que grabar a esa resolución no es nada fácil, y hace falta potencia de procesamiento, conexiones a Internet, medios de almacenamiento, y un formato capaz de comprimir de manera decente ese contenido.

Una película en 8K en Blu-ray puede llegar a ocupar 200 GB con un códec actual, y eso no cabe en un solo disco de momento. Es por ello que algunas de las mejoras de los televisores 8K se encuentran en el reescalado que hacen, pero aún así sigue siendo mejor comprarse un modelo 4K en la actualidad.


Via: www.adslzone.net
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