Con el paso de los años y a medida que Internet ha ido llegando a todo el mundo, a pesar de la enorme utilidad que nos aporta gracias a las plataformas y aplicaciones que se ponen a nuestra disposición, al mismo tiempo los peligros también han ido en aumento debido a los constantes ciberataques de los que podemos ser víctimas en cualquier momento.

De hecho cuanto más pasa el tiempo, los ciberdelincuentes se vuelven más agresivos y peligrosos, por lo que a medida que avanza la tecnología, los potenciales ataques son cada vez más comunes y letales, algo que afecta tanto a las empresas como a los usuarios de a pie que pueden víctimas de fraude y robo de identidad, entre otros problemas. Es por ello que para evitar estos posibles problemas, que en ocasiones pueden ser muy graves, podemos tomar una serie de medidas básicas para poder evitar convertirnos en potenciales víctimas de estos ciberataques.

Para empezar una de las medidas que nos deberíamos plantear más seriamente es el hecho de cambiar nuestras contraseñas con frecuencia, ya que estas claves son elementos cada vez más importantes y sirven como llave de acceso a una cantidad creciente de datos personales y sensibles. Por tanto es básico cambiar las mismas cada poco tiempo, además de intentar que sean lo más complejas posible, y diferentes para cada servicio donde estemos registrados, algo para lo que nos será de gran ayuda los cada vez más usados gestores de contraseñas.

Y es que hay que tener en cuenta que estos sistemas de administración de contraseñas, en los tiempos que corren son una manera muy interesante, a la vez que sencilla de mantener nuestra información y credenciales a salvo. Así podremos administrar el inicio de sesión de todos los sitios web y programas que usamos, además de ayudarnos a generar y guardar contraseñas complejas.

Mantén seguras las plataformas que usas a diario y libres de posibles ataques

De igual modo no es recomendable almacenar la información relativa a nuestras tarjetas de crédito, ni en las plataformas en las que pagamos con las mismas, ni en el navegador web que usamos de manera local. Para evitar este tipo de acciones siempre podemos echar mano de tarjetas que recargamos nosotros cuando las necesitamos y que no están vinculadas a cuenta bancaria alguna, como el servicio de Correos Prepago, por ejemplo, o de plataformas como como Paypal para recibir y emitir pagos.

Por otro lado, como solución a un posible ataque, por ejemplo a través de algún ransomware que secuestre nuestro equipo y sus datos, es tener copias de seguridad actualizadas en algún otro dispositivo de almacenamiento externo, o en la nube, y a poder ser automatizadas. De ese modo, llegado el caso, no tendremos más que restaurar la misma y así evitar disgustos relacionados con la extorsión y el chantaje.

Cierto es que estar seguros al 100% contra posibles ataques externos, aunque dispongamos del mejor software antivirus actualizado, es imposible, pero todo ello en conjunto ayuda a poner difíciles las cosas a los atacantes y que así se vean en la obligación de buscar objetivos más asequibles o vulnerables.